sábado, 14 de marzo de 2015

El ajedrez: una pasión, muchos sabores



Pensando en cómo cada cual entiende y vive el ajedrez me di cuenta que es una de las aficiones, deporte, arte, ciencia o como le queramos llamar que más facetas ofrece a sus seguidores. Es tan variada la forma de entender y disfrutar de este juego que merece una reflexión al respecto. 

El ajedrez: una pasión, muchos sabores.
El ajedrez: una pasión, muchos sabores.

Porque  hay muchas formas de vivir esta pasión, algunos solo se centran en una, otros en todas mientras que la mayoría escoge par de estas facetas.


  • El ajedrez como competición. Es la forma más clásica y pura de entender el juego. Implica la práctica activa de un deporte. Entrenamiento, partidas, clasificaciones, premios, rankings, y un largo etcétera.  Estamos hablando de cuando dos personas se sientan una enfrente de la otra con un tablero por en medio en una competición oficial. Esta faceta es tan absorbente que muchos de los que están inmersos en ella no participan en el resto de posibilidades que el noble juego nos ofrece.
  • El ajedrez como espectáculo. De la mano de internet se puede disfrutar de partidas del más alto nivel cómodamente desde casa. Analizadas por grandes maestros con la ayuda de los módulos de análisis partidas de ajdedrez de élite pueden ser entendidas con facilidad por los aficionados. Los nuevos formatos que combinan los ritmos de juego lento y rápido hacen si cabe más atractivo el seguimiento de estos torneos por internet. Hay multitud de ejemplos y de torneos que continuamente se están celebrando, tantos que incluso alguna vez he llegado a pensar que había más ajedrez que futbol.
  • El ajedrez como arte. ¿Quién no ha disfrutado alguna vez de una tarde lluviosa, dos horas de tranquilidad, un buen tablero y una bella partida? Porque no a todo el mundo le gusta la presión de la competición y prefiere disfrutar tranquilamente desde casa de bellas partidas analizadas por grandes maestros. Contemplar la belleza de las combinaciones, la sutileza de juego posicional, los sorprendentes sacrificios o los violentos ataques al rey es uno de los grandes placeres que nos puede proporcionar el ajedrez.
  • El ajedrez educativo. ¿Hay mayor placer que el de compartir? Ver progresar a los jóvenes, enseñar a los más pequeños, ayudarles a crecer, a entender y amar este juego, ¿hay algo más importante? La difusión del ajedrez entre los más jóvenes con los múltiples beneficios que se le atribuyen es sin duda una de las tareas más gratificantes.
  • El ajedrez y las composiciones. Porque hay quien entiende el tablero como un lienzo donde crear sus propias obras de arte. Aquí vemos especialistas que se dedican a componer posiciones de ajedrez sin los límites de la partida o de las jugadas de sus oponentes y limitados únicamente por su imaginación. Composiciones de finales, de mate, de ahogado y un sinfín que hacen las delicias de aficionados a todos los niveles.
  • El ajedrez y las computadoras. Ya forman parte intrínseca del juego, tienen sus propias competiciones y campeones mundiales. Han destronada al hombre como el rey de este juego y hay una legión de programadores y profesionales que viven el juego como una continua mejora de los programas que producen. Competición, sí, pero entre mentes de silicio.
  • El ajedrez online. Otra forma de vivirlo. Diez minutos y una conexión a internet es más que suficiente para disputar una partida contra un rival que se puede encontrar en cualquier parte del mundo. Ritmos de juego rápidos, maratones interminables, verdaderos adictos y muchas horas delante de una pantalla. Pero también mucha, mucha diversión.


Muchos sabores para una misma pasión y seguramente me habré dejado alguna. Y tú, ¿Cómo vives el ajedrez?


3 comentarios:

  1. El ajedrez como cultura, una forma de conocer lugares, gastronomía, gente, monumentos... es ir a jugar un torneo a otra provincia o país diferente al que vives.

    ResponderEliminar