Una de
las sensaciones que más produce el ajedrez es insatisfacción. Continuamente nos
estamos reprochando algo, que si no tenía que haber hecho tal jugada, que si no
debería apurarme tanto de tiempo, como he podido perder contra este rival,
porque no tenía esa apertura preparada, y un sinfín de lamentaciones que hacen
que incluso ganando una partida podamos llegar a sentirnos mal con nosotros
mismos.
Pensaba
que esto nos ocurría solo a los aficionados pero tras leer los comentarios de
los jugadores de élite al finalizar un torneo o una partida vi claro que
independientemente de si ganaban o perdían la sensación siempre era de que lo
hubiesen podido hacer mucho mejor.
Y es
cierto. En el ajedrez tendemos a buscar la perfección, es un sentimiento que
nos agobia, nos aprisiona y nos puede llevar a no disfrutar plenamente del
juego. Esta sensación de que “podemos hacerlo mejor” se ha visto agravada con
la aparición de las computadoras que siempre están allí para mostrarnos el
error, para recordarnos lo débiles que somos y lo mal que calculamos.
¿Y qué
podemos hacer? Entender el error como parte del juego, y entender el juego como un arte, como un deporte
donde a veces se gana y a veces se pierde pero no como una ciencia. Y ojo no
digo que el ajedrez no tenga su parte científica, digo que no lo podemos vivir
así porque no somos máquinas, somos personas y tenemos que disfrutarlo.
Si
continuamente nos quedamos insatisfechos con nuestras partidas, con nuestras
jugadas, con nuestros errores, con nuestros resultados, acabaremos aborreciendo
el juego. No dejéis que esto os ocurra. Recordad que el error es una fuente de
belleza en ajedrez, que forma parte del juego y que para saber ganar también
hay que saber perder.
La autocrítica
es buena y nos ayudará a superarnos, pero hasta cierto punto. No dejéis de
disfrutar con el ajedrez, no dejéis de ser niños.
Buen artículo. A mí empezó a pasar hasta que comprendí que sólo es un juego para disfrutar y no para embrutecerse amargándose con las derrotas.
ResponderEliminar