Todo el mundo sabe que el ajedrez es un deporte cruel. Los
juegos individuales en general lo son, no le puedes echar la culpa de tus
errores a nadie. Pero parece que el ajedrez tiene un plus añadido. En el tenis,
por ejemplo, si cometes un error perderás un punto pero no el partido completo.
En el ajedrez los errores son difícilmente recuperables. Si pierdes un alfil o
una torre por un descuido ya puedes dar la partida por perdida. Es más, después
de horas de tensa lucha por un simple error, por un mal momento, por una mala
decisión tomada en un apuro de tiempo, puedes lanzarlo todo por la borda.
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El ajedrez puede llegar a ser muy frustrante |
Algo así sucedió en la partida que disputaron el GM Marc
Narciso (2540) y el MI Frank Bracker (2407) en el Open Internacional de
Llucmajor que se está celebrando estos días en Palma de Mallorca, España. Ambos
jugadores en grandes apuros de tiempo llegaron a una posición en la cual
Narciso se debería de imponer. Hay que trabajar la victoria, ciertamente,
sobretodo en un final con poco tiempo y con damas en el tablero. Pero las
blancas deberían hacer valer su pieza de más.
Sin embargo, Marc presionado por el tiempo y con la fatiga de varias horas de lucha jugó la kamikaze Dc3??, desprotegiendo la primera fila y suicidándose. Obligando, así, a su
contrincante a darle el golpe de gracia. La jugada, aunque evidentemente erronea vista en el
contexto de los apuros de tiempo, Marc disponía de 46 segundos, tiene su lógica.
Es fácil errar en los apuros de tiempo cambiando totalmente el signo de la partida |
Las blancas amenazan mate y a la par están proponiendo un
cambio de damas algo claramente beneficioso para ellas en esta posición. En
nuestro fuero interno, como ajedrecistas, sabemos que por fuerza una jugada que
amenace mate tiene que ser buena. Por otra parte no suele estar en
nuestros patrones de juego, como habitual, una posición en la cual la dama
enemiga nos da mate en la primera fila apoyada por un peón. Se han dispuesto los
ingredientes perfectos para que se produzca el error. Y el error se dio.
Y en ese momento, en ese preciso momento, todas las horas de
lucha invertidas en la partida, todo el entrenamiento previo, toda la
preparación para el torneo, todo, absolutamente todo se pierde. Y ahí radica la
crueldad, y la vez la grandeza, del ajedrez. El ajedrez es intolerante al error
y los humanos erramos. La práctica del ajedrez debe llevar implícita la
aceptación del error como parte del juego. Pero esa aceptación no implica que, como
cuando Marc con la partida ganada erremos, nos sintamos como si nos clavasen un
puñal ardiendo en medio del corazón.
Lo siento por Marc, pero a la vez me alegra ver como jugadores de ese nivel también cometen errores y eso facilita que digiera mejor los míos
ResponderEliminarToda forma de perder, es por error.Jamás alguien juega perfectamente;en el ambiente del principiante, la derrota es producto de "el no fijarse".
ResponderEliminaresto me anima, creí que era el único que tenía ese tipo de errores que son, desde luego, muy frustrantes
ResponderEliminarA todos nos pasa alguna vez, recuerdo una vez que jugando la cuarta ronda de un suizo (de 5 rondas) contra un tipo que llevaba 3 de 3 como yo, él sacrifico dos piezas y me encerró mi dama, yo estaba destrozado, ya sin animo al rato le amenazo su dama con un peón el va a mover la dama pero antes de tocar la pieza se distrae mirando mis demás piezas, vuelve atrás, analiza nuevamente y opta por mover un caballo, entonces le capturo su dama con mi peón lo que lo deja con dos piezas de desventaja! se tomó la cabeza no lo podía creer y abandonó de inmediato la partida, para la quinta y última ronda él ya no se apareció... y ese era mi día de suerte, terminé ganando ese torneo invicto!! =)
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