domingo, 8 de julio de 2018

Percepción versus Realidad




Viendo la fantástica edición del 2018 del Magistral de León me di cuenta como los ajedrecistas la algunas veces nos movemos más por percepciones que por realidades. Nos dejamos llevar más por la intuición que por el cálculo. Y muy a menudo vemos lo que queremos ver.  ¡En algo nos tendríamos que diferenciar de esos monstruos de silicio que juegan al ajedrez!  Esto, que los psicólogos llaman pensamiento desiderativo, en alguna que otra ocasión nos puede jugar una mala pasada.

Paco Vallejo y Jaime Santos en el Magistral de León. Fuente: Magistral de León.
Paco Vallejo y Jaime Santos en el Magistral de León. Fuente: Magistral de León.

Pero bueno, vamos al tema. Se estaba disputando la segunda semifinal del Magistral del León y en la última partida número 1 español, Paco Vallejo, estaba obligado a ganar contra el leonés, Jaime Santos, para forzar el desempate a rápidas.  A Jaime le valían unas tablas para dar un hachazo y dejar fuera del torneo a Paco Vallejo. La situación era dramática. Una de esas partidas a vida o muerte que tanto nos gustan a los espectadores y tan poco a los jugadores. Pero bueno, Paco se puso las pilas, Jaime realizó un par de fallos  y llegamos a una posición claramente ganadora para las blancas.  Como podemos ver aunque hay igualdad de material, el peón de e7, ofrece una indiscutible ventaja.

Aquí, Paco Vallejo con blancas juega Th8+
Aquí, Paco Vallejo con blancas juega Th8+

Llegados a esta posición Paco jugó la contundente Th8+ y Jaime abandonó. ¿¿???, ¡Abandonó! Así sin más, sin probar a ver qué pasaba, sin parase a reflexionar, sin tomarse su tiempo. Nada. Extendió su mano y se fue. Y el caso es que, aunque las blancas, que tenían la partida ganada con Re6, pierden con Th8+. Sí, sí, pierden. Tras 68. Th8+, Rxh8 69. Rxg6+, Txe5 y las negras ganan (moraleja nunca tengas prisa por abandonar). 

Entonces, ¿Cómo pueden dos grandes maestros equivocarse en un cálculo tan simple? Fácil, bueno, o no tan fácil, según se mire. Paco simplemente falló. Presionado por el tiempo o por la situación adversa en el marcador que le obligaba a ganar omitió Txe5 en sus cálculos. Pero, ¿y Jaime? ¿Qué le pasó a la joven promesa leonesa? Jaime no estaba en apuros de tiempo, ni necesitaba imperiosamente ganar. ¿Cómo es que falló en un cálculo de 2 movimientos? Bueno he leído varias cosas: que se precipitó, que es un jugador que juega demasiado rápido, que le falta experiencia, etc.

Santos abandona contra Vallejo en una posición ganadora. Fuente: chess24.es

Yo creo que a Jaime le afectó algo que he visto muchas veces se encontró con una distorsión entre la percepción y la realidad. ¿Cómo? Pues sí. La mente muchas veces nos engaña y este es un claro ejemplo. Estas jugando el Magistral de León contra el número uno español. Un tío que lo ha sido todo. Mucho respeto. Te sacrifica una torre. Así, sin más. Lo primero que te dice tu mente es que eso no puede ser un error. Que ese tío no fue campeón del mundo sub 18 regalando torres. Llegados a este punto miras la posición y ves lo que quieres ver: “como la torre, me come el alfil, jaque, me aparto, corona dama y mate. Esto ya está. Abandono” .

Y abandonas. Simple. La mente nos engaña y la percepción gana a la realidad. Y no es extraño porque la percepción, o intuición, es el arma que más utilizamos los ajedrecistas para evaluar  posiciones. Es nuestro punto fuerte. Confiamos en ella hasta el extremo de fiar a su juicio el resultado de una partida.

¡Venga! que levante la mano quien no se haya visto en una situación parecida a la que se encontraron Paco y Jaime. Pensamos que las diferencias entre aficionados y grandes maestros son muy grandes pero al final todos tenemos en la cabeza una máquina que funciona con las mismas reglas y patrones. Una máquina que se mueve por percepciones y no por realidades. Una máquina que, a veces, falla.


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