Viendo la fantástica edición del 2018 del
Magistral de León me di cuenta como los ajedrecistas la algunas veces
nos movemos más por percepciones que por realidades. Nos dejamos llevar más por
la intuición que por el cálculo. Y muy a menudo vemos lo que queremos ver. ¡En algo nos tendríamos que diferenciar de
esos monstruos de silicio que juegan al ajedrez! Esto, que los psicólogos llaman pensamiento
desiderativo, en alguna que otra ocasión nos puede jugar una mala pasada.
Paco Vallejo y Jaime Santos en el Magistral de León. Fuente: Magistral de León. |
Pero bueno, vamos al tema. Se estaba
disputando la segunda semifinal del Magistral del León y en la última partida
número 1 español, Paco Vallejo, estaba obligado a ganar contra el leonés, Jaime
Santos, para forzar el desempate a rápidas. A Jaime le valían unas tablas para dar un
hachazo y dejar fuera del torneo a Paco Vallejo. La situación era dramática.
Una de esas partidas a vida o muerte que tanto nos gustan a los espectadores y
tan poco a los jugadores. Pero bueno, Paco se puso las pilas, Jaime realizó un
par de fallos y llegamos a una posición
claramente ganadora para las blancas. Como podemos ver aunque hay igualdad de material, el peón de e7, ofrece una
indiscutible ventaja.
Aquí, Paco Vallejo con blancas juega Th8+ |
Llegados a esta posición Paco jugó la
contundente Th8+ y Jaime abandonó. ¿¿???, ¡Abandonó! Así sin más, sin probar a
ver qué pasaba, sin parase a reflexionar, sin tomarse su tiempo. Nada. Extendió
su mano y se fue. Y el caso es que, aunque las blancas, que tenían la partida ganada
con Re6, pierden con Th8+. Sí, sí, pierden. Tras 68. Th8+, Rxh8 69. Rxg6+, Txe5
y las negras ganan (moraleja nunca tengas prisa por abandonar).
Entonces, ¿Cómo pueden dos grandes maestros
equivocarse en un cálculo tan simple? Fácil, bueno, o no tan fácil, según se
mire. Paco simplemente falló. Presionado por el tiempo o por la situación adversa
en el marcador que le obligaba a ganar omitió Txe5 en sus cálculos. Pero, ¿y
Jaime? ¿Qué le pasó a la joven promesa leonesa? Jaime no estaba en apuros de
tiempo, ni necesitaba imperiosamente ganar. ¿Cómo es que falló en un cálculo de
2 movimientos? Bueno he leído varias cosas: que se precipitó, que es un jugador
que juega demasiado rápido, que le falta experiencia, etc.
Santos abandona contra Vallejo en una posición ganadora. Fuente: chess24.es |
Yo creo que a Jaime le afectó algo que he
visto muchas veces se encontró con una distorsión entre la percepción y la
realidad. ¿Cómo? Pues sí. La mente muchas veces nos engaña y este es un claro
ejemplo. Estas jugando el Magistral de León contra el número uno español. Un tío
que lo ha sido todo. Mucho respeto. Te sacrifica una torre. Así, sin más. Lo
primero que te dice tu mente es que eso no puede ser un error. Que ese tío no
fue campeón del mundo sub 18 regalando torres. Llegados a este punto miras la
posición y ves lo que quieres ver: “como la torre, me come el alfil, jaque, me
aparto, corona dama y mate. Esto ya está. Abandono” .
Y abandonas. Simple. La mente nos engaña y la
percepción gana a la realidad. Y no es extraño porque la percepción, o intuición,
es el arma que más utilizamos los ajedrecistas para evaluar posiciones. Es nuestro punto fuerte. Confiamos
en ella hasta el extremo de fiar a su juicio el resultado de una partida.
¡Venga! que levante la mano quien no se haya
visto en una situación parecida a la que se encontraron Paco y Jaime. Pensamos
que las diferencias entre aficionados y grandes maestros son muy grandes pero
al final todos tenemos en la cabeza una máquina que funciona con las mismas
reglas y patrones. Una máquina que se
mueve por percepciones y no por realidades. Una máquina que, a veces, falla.
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